El futbol femenil, tanto en México como en el mundo, nació, se desarrolló y continúa creciendo con sus particularidades. Las mujeres rompieron distintos techos de cristal cuando se adueñaron de las canchas y eso ha traído infinidad de retos, no solo para ellas, sino para personas directoras técnicas y dueñas de equipos.
Por lo anterior, se trata de un gran error tomar decisiones para los equipos femenil tomando como base a sus homólogos varones. ¿Por qué? Simplemente porque son diferentes, porque mujeres y hombres no tienen las mismas necesidades, en lo referente a su biología, pero también a su contexto social, y ello no solo aplica para el deporte.
La Liga MX Femenil ha triunfado en lo mediático.
Los cuerpos de las mujeres
Las futbolistas han tenido que esperar décadas para ser tomadas en cuenta en temas de entrenamientos y diseño de indumentaria, es decir, considerar que por la diferencia en masa muscular o el periodo menstrual, los cuerpos de ellas requieren de planes de entrenamiento diferentes a los hombres; de no hacerlo, esto puede provocar lesiones o un rendimiento más bajo sobre el terreno de juego.
Recientemente, este debate tomó fuerza por las constantes rupturas de ligamento cruzado anterior, que mucho se ha relacionado con las cargas y planes de entrenamiento extenuantes y poco aptos para las variaciones hormonales en el ciclo de las mujeres. ¿Esto las hace débiles o incapaces? No, solo exige que las y los entrenadores o las personas encargadas de la preparación física se capaciten en futbol femenil para obtener el máximo rendimiento de las jugadoras, es decir, dependiendo de la corporalidad de las mujeres es que se deberían diseñar estrategias en cuanto a ejercicios en gimnasio y cancha, e incluso en lo referente a la alimentación. De esta forma se puede obtener el rendimiento más óptimo de las futbolistas, sin ponerlas en riesgo o reduciendo al máximo la posibilidad de lesiones.
La gestión deportiva desde los clubes
Por otro lado está el tema de la gestión de los equipos. En el caso mexicano, la Liga MX Femenil apareció relacionada totalmente con el circuito varonil, de hecho, como requisito y obligatoriedad, los equipos varoniles debían crear su rama femenil.
Ese contexto ha puesto a prueba la capacidad de adaptación, creatividad y aptitudes para el mercado de las instituciones del futbol mexicano. Están las que, desde el inicio, identificaron que solas no podrían y que habría que acercarse a personas capacitadas en el tema, no solo hablando de jugadoras con experiencia, sino de directoras técnicas o deportivas que tomaran decisiones.
Pero también están los clubes que a casi ocho años del futbol femenil profesional en México, no dedican el mínimo interés en sus conjuntos femeniles y eso se refleja en la elección de personas para tomar sus riendas: directores técnicos sin experiencia en femenil o amigos recomendados, como si se considerara al balompié de mujeres una disciplina poco relevante, donde se puede poner "a cualquiera".
Aunado a lo anterior está el tema de las futbolistas cuyo talento no les alcanzaría para mantenerse en el profesionalismo, pero sí su número de seguidores en redes sociales o los acuerdos de sus agencias o agentes con los equipos de la Liga MX Femenil. Claro, estarán los que argumenten que "eso vende", sin embargo, lo único que hacen es reforzar que se sigue considerando al futbol femenil un espacio en el que se consumen cuerpos y no capacidades.
Cuando los equipos o la misma Liga colocan en la portada a futbolistas que no suman más de unos cuantos minutos en varios torneos, viene el cuestionamiento de qué es lo nos quieren vender, porque no es que "eso venda", sino que es lo que "deciden vender", y esa gestión viene desde las altas esferas de cada equipo: directivos, hombres en su mayoría, cuya lógica es que "la imagen" de las jugadoras es parte fundamental de "su rendimiento".
Finalmente, vale la pena enfatizar que alguien experto en futbol varonil no precisamente lo es en femenil, pues ellas tienen un proceso de profesionalización mucho más corto, a diferencia de ellos, que incluso desde los cuatro años ya son parte de las fuerzas básicas de un club. En el contexto actual, las niñas llegan alrededor de los 10 u 11 años a los equipos que, además, están comenzando en los aspectos de formación para las ellas.
Mientras lo anterior no cambie, el futbol femenil en México se encontrará con distintas trabas para despuntar. Los números en redes sociales no se reflejan en lo que se hace dentro de la cancha o incluso en la Selección Mexicana, no todo son las fotografías en Instagram, también cuenta la forma de dominar el juego en el rectángulo verde.
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