En España, los pactos van primero

Las mujeres no toman las decisiones. Eso es lo que la Real Federación Española de Futbol (RFEF) ha dejado claro en sus comunicados, ellas no tienen el mando y a ellos, los directivos, no les interesa el diálogo, aun cuando las futbolistas españolas se han subido, de forma individual a la élite del futbol Mundial, siendo las mejores jugadoras de Europa o del mundo como Alexia Putellas. La RFEF es la cerrazón encarnada en una federación.

Las jugadoras españolas se unieron para exigir mejores condiciones en la Selección.


Las seleccionadas españolas de los 90 aguantaron la violencia psicológica ejercida por el entrenador Ignacio Quereda y tuvo que llegar la generación de la Copa del Mundo de 2015 para hacer realidad lo que decenas más buscaron desde años atrás: expusieron ante los medios el bajo nivel futbolístico con Quereda al mando y la fuerza mediática fue suficiente para quitar de la ecuación al entrenador que se quedó al mando de España durante 30 años.

No obstante, el hombre que llegó a tomar su cargo tampoco tenía suficientes credenciales: Jorge Vilda comenzó su camino en la RFEF con la Sub-17, pero gracias a su padre, quien dirigía a la Sub-19, algo así como los Cuéllar mexicanos (recordemos que Christópher Cuéllar no tenía experiencia alguna en el futbol y así comenzó a ser auxiliar en las selecciones mexicanas), y a siete años de su gestión, el equipo español no ha mostrado verdaderos avances, a pesar de que sus futbolistas, con clubes y de forma individual, sí han dado pasos agigantados (Putellas, Jennifer Hermoso, el Barcelona ganando la Champions), lo que levanta sospechas ¿por qué las mejores futbolistas del mundo están en una selección que no supera los cuartos de final de las competencias en las que participa? Las mismas jugadoras han respondido.

Algo así como cuando Charlyn Corral dijo en el 2015 que “el profe ya no las ayudaba”, refiriéndose a Leonardo Cuéllar, así lo expresaron las europeas, al señalar que previo a la Eurocopa no habían tenido una preparación adecuada, aunado a esto, han salido a relucir rumores sobre el excesivo control de Vilda sobre ellas: quitarles teléfonos, obligarlas a dormir con la puerta abierta, amenazas.

Son esto hombres quienes toman las decisiones en el futbol español.


En este contexto, las españolas no han podido más y pese a que saben que en su país, cuando no acudes a una convocatoria puedes ser inhabilitada entre dos y cinco años, han priorizado el alzar la voz y exigir un cambio real en La Roja, por eso, 15 de ellas enviaron un correo electrónico a la RFEF expresando su deseo de no ser convocadas hasta no ver acciones concretas por mejorar sus condiciones. ¿Qué ganaron? La RFEF las exhibió, dio a conocer esta comunicación que había sido privada y en un comunicado expuso una especie de ultimátum: “las futbolistas que han presentado su renuncia únicamente regresarán en un futuro a la disciplina de la selección si asumen su error y piden perdón”… es notorio que la autocrítica no cabe en la RFEF, pero enfrente tienen a mujeres que fuera de España han visto y han experimentado en carne propia cuáles deben ser las condiciones más óptimas para una jugadora y también fueron tajantes: “no vamos a tolerar el tono de infantilización con el que la RFEF concluye su comunicado”.

La conclusión: un grupo de señores que poco saben de las vivencias del futbol femenil tomando decisiones que solo a ellos convienen; un grupo de señores priorizando el sueldo de un entrenador sin trayectoria, pero aliado, en lugar de cuidar a una de las mejores generaciones de futbolistas españolas de la historia. ¿Machismo? ¿Misoginia? ¿Pacto patriarcal? No, cómo creen…

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