A finales de julio, unos días antes de que la Selección Mexicana Sub-20 comenzara su participación en la Copa del Mundo de Costa Rica, comenzó a filtrarse la información de que algo de gravedad ocurría en el interior del grupo, tanto así que se separaría de su cargo a la directora técnica Maribel Domínguez.
Roberto Melville, expreparador físico fue señalado por acoso. Foto: Facebook |
En este contexto, la Federación Mexicana de Futbol (FMF) guardó silenció durante algunos días, lo que generó que los medios de comunicación y las audiencias realizaran suposiciones que atendían más al machismo y lesbofobia que a la razón y objetividad de los hechos. De inmediato se culpó a Domínguez de violentar a sus jugadoras, de condicionar su presencia en la Selección; los chistes misóginos no se hicieron esperar en redes sociales y la falta de empatía y revictimización estaban al alcance de un clic.
Postura de la FMF
La noticia tomó relevancia cuando la FMF se pronunció: el 21 de julio, se informó que se había solicitado una investigación (sin mencionar las razones) y que eso derivaba en la suspensión de todo el cuerpo técnico; aún con esto, la opinión pública continuaba poniendo a Domínguez como la responsable de cualquier tipo de violencia ocurrida en la Selección Sub-20.
En este tenor, se dejaron ver una serie de acciones por parte de pseudoperiodistas deportivos, quienes aprovecharon la noticia para generar amarillismo, tocaron el tema sin perspectiva de género y se convirtieron en buitres que jamás consideraron la seguridad y la protección de las jugadoras (menores de 20 años); la situación llegó a tal punto de que un medio filtró el nombre de la jugadora que había denunciado ante la FMF y por la cual se abrió la investigación, todo esto solo generó morbo y un desvío del enfoque que no abonaba a lo importante: asegurar que las jugadoras no corrieran peligro.
La FMF terminó su investigación (aunque se desconoce el procedimiento que se siguió, quién la llevó a cabo y qué se derivó de ella) y determinó despedir a integrantes del cuerpo técnico que incurrieron en conductas relacionadas con "falta de liderazgo" y que favorecían a un grupo de jugadoras, asimismo, se dio a conocer que Ana Galindo, quien hasta entonces era solo la entrenadora de la Sub-17, tomaría las riendas del equipo y, por ende, se encargaría de dirigirlo en el Mundial. Nada más. Hermetismo. Poca claridad. Silencios.
Medios con mayor seriedad como la revista Proceso, a través de la reportera Beatriz Pereyra, informaron que la situación atendía al acoso sexual por parte de Roberto Melville, expreparador físico, quien violentaba a una de las jugadoras, con propuestas inapropiadas, lo que implica un abuso de su poder como alguien que es parte del cuerpo técnico.
Melville fue despedido, pero la FMF no dio detalles. Foto: Facebook |
Melville fue despedido de forma definitiva de la FMF, pero no ha existido información clara al respecto, es decir, si él es el agresor, la Federación mantiene un discurso de opacidad, no lo culpa, pero tampoco lo niega, y esto lamentablemente permite que nada se esclarezca y que este sujeto continúe al frente de equipos femeniles en otro lugar, una situación que no es extraña en el futbol mexicano, ya que off the record se sabe que en la Liga MX Femenil han existido casos de acoso y hostigamiento sexual por parte de directores técnicos, auxiliares y preparadores físicos, los cuales, cuando el caso llega a oídos de la directiva, solo son separados de su cargo y se van a otro equipo, donde claro que pueden seguir reproduciendo estas prácticas.
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