Caso Harrington: una muestra de la violencia machista estructural

La violencia de género tristemente continúa siendo un evento cotidiano en nuestra sociedad y el deporte no se salva de ello. La Liga MX Femenil no solo ha sido un espacio que empodera a las mujeres mexicanas que quieren hacer del futbol su forma de vida, sino que se ha convertido en una plataforma en la que también se reproducen violencias que el movimiento feminista quiere erradicar:

  • Acoso sexual.
  • Violencia laboral.
  • Hostigamiento.
  • Violencia verbal y psicológica. 

Craig Harrington fue contrato por América a pesar de sus antecedentes de violencia.
Foto: América Femenil


Aunque poco mencionado el tema, en la Liga han existido situaciones de acoso, incluso hay jugadoras que han tenido que cambiar de equipo por estas situaciones; aunado a esto, existe la violencia laboral, que se distingue por condiciones desfavorables por razones de género. Y lo último, lo sucedido este lunes 24 de enero en el Estadio Azteca: Craig Harrington, director técnico de América, fue expulsado en el partido ante Rayadas, por lo que se intuía, un comentario que provocó que la árbitra Lizzet García decidiera mostrarle la tarjeta roja. Pero no fue hasta la conferencia de prensa postpartido que hubo más detalles al respecto, pues Eva Espejo, estratega de Rayadas, denunció lo sucedido: 

"Hoy es inadmisible lo que sucedió dentro de la cancha (...) hoy mi compañero entrenador cometió algunas faltas, siempre voy a estar en contra de la violencia hacia la mujer, que la disciplinaria tome medidas.

"Que la disciplinaria tome cartas en el asunto sobre lo que dijo de mis jugadoras, ellas jamás van a recibir una falta de respeto de mí o hacia alguien; lo denuncio fuertemente porque no voy a permitir que se metan con ellas", declaró la actual campeona del futbol mexicano. 



Las declaraciones de Espejo vienen a develar las carencias y deficiencias en muchos aspectos: en la Liga, en los clubes, en los medios de comunicación y en la afición. Lo desmenuzo: 

1.- La Liga

En el contexto actual, la FIFA ha insistido en la obligatoriedad de crear ligas profesionales para mujeres, pero esto ha tomado por sorpresa a las diferentes federaciones, que se lanzaron al ruedo con poca planeación y sin comprender varias aristas que implica el balompié de mujeres. 

Sin protocolos en temas de acoso u hostigamiento, sin contratos que incluyan maternidades y lesiones que, además, pueden darse una forma distinta a la rama varonil, así arrancó la competencia, dejando en claro que la Liga Femenil se consideraba un apéndice, pero no un ente independiente que necesitaba sus propios mecanismos en diferentes aspectos. 

Como contexto internacional, la Liga mexicana podría voltear a ver lo sucedido en la NWSL, en donde hace apenas unos meses salió a la luz el caso de Paul Riley, acusado de coerción sexual y acoso, por lo tanto, velar por el bienestar de las futbolistas debería ser prioridad.

2.- Los clubes 

Continuando con las deficiencias vistas a nivel Liga, la mayoría de los clubes consideró una carga a la rama femenil, por lo tanto, no volteó a ver a la gente mejor preparada para tomar las riendas de los equipos, sino que optó, en la mayoría de los casos, por utilizar a los mismos entrenadores de la rama varonil, aquellos que estaban en Fuerzas Básicas y que no tenían experiencia en el balompié de mujeres; lamentablemente esto no ha cambiado tanto, y se continúa dejando de lado a mujeres y hombres que por su trayectoria, fácilmente podrían ya estar dirigiendo en la Primera División Femenil. 

Es así que en los entrenadores se puede ver poco conocimiento del futbol femenil, escasa preparación para dirigir a un grupo de mujeres, falta de empatía ante situaciones que no ocurren en la rama varonil, y es que no se trata de que "se les trata de forma especial", sino de acuerdo a sus propios contextos.

3.- Medios de comunicación

Desde que inició la Liga, los medios de comunicación han sido asignatura pendiente en cuanto a calidad: poco espacio a la Liga, coberturas con sesgos de género (hablando del aspecto de las jugadoras, de sus relaciones personales, de sus redes sociales, minimizando sus éxitos, generando amarillismo), eligiendo a periodistas sin experiencia, lo que deja ver que ven al futbol femenil como un espacio para improvisar. 

En cuanto al tema de Craig Harringto, también se dejó ver que la línea editorial de los medios deportivos aún está más que atravesada por el género: algunos medios calificaron de "delicado" el tema de la violencia de género que ejerció el entrenador; asimismo, en lugar de enfatizar las acciones del director técnico, la nota se concentró en las "fuertes declaraciones de Eva Espejo".



Pero además de los textos publicados, fue preocupante escuchar declaraciones de colegas acerca de este tema: ponían en tela de juicio la denuncia de Espejo; consideraron que estaba siendo exagerada pues ni siquiera "la había nalgueado"; exigían una investigación antes de tomar cartas en el asunto (poniéndose del lado del agresor); normalizaron estos actos de violencia porque en varonil "pasan cosas peores"; por decir lo menos de lo que algunos periodistas osaron expresar. 

4.- Afición 

Este tema dejó en claro que no todos los que consumen la Liga Femenil están sensibilizados en cuanto a la violencia de género. Gran parte de la afición, la mayoría hombres, pero también algunas mujeres, también pusieron en duda lo hecho por Craig Harrington, incluso fueron americanistas quienes defendieron al entrenador y se fueron contra Espejo, como si esto se tratara de colores y no de velar por el bienestar de las futbolistas de toda la Liga. 



Sin duda, todo esto solo devela que la violencia machista es estructural y que aunque sea complejo y difícil, se necesita que existan más Eva Espejo, que las denuncias ante este tipo de situaciones abunden cada vez más, y es que el hecho de que antes no se dijera nada o que en varonil estos temas no se den a conocer, no quiere decir que no ocurran, más bien, demuestran cuán criticado está aún que un hombre alce la voz si llega a sufrir alguna violencia.

El tema de Harrington dejó ver cuánto hay por hacer todavía, es un pendiente para todas y todos los involucrados en el futbol femenil. 


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