Merecen trato de profesionales

"Son Primera División, eso que te quede claro. No, no son una categoría inferior, la camiseta rojinegra la defienden a muerte y son profesionales, así que deja de menospreciarlas. No se trata de compararlas con la rama varonil ni de pagarles igual, porque incluso los sueldos de ellos son una falta de respeto, sino de darles un trato digno, impulsarlas, ¡carajo, abran el Jalisco que queremos verlas! Ser atlista no te quita la misoginia, me queda claro, te lo digo a ti como aficionado y también a ti directivo que no te interesa tu equipo femenil, y no es "porque no venda", sino porque no quieres convertirlo en negocio". 

Pese al poco apoyo de la directiva, Atlas llegó hasta semifinales.
Foto: Atlas FC Femenil



Este sería mi discurso a la afición que sigue sin subirse al barco de las rojinegras, pero sobre todo a la directiva que no tiene argumento alguno para seguirlas tratando como si no fueran futbolistas profesionales: promesas de premios que nunca llegan, un estadio vacío, un plantel corto (y no se trata de no valorar a las jugadoras actuales, sino de ser conscientes que las jóvenes necesitan pilares de experiencia que las ayuden a crecer o tener opciones cuando una referente se lesiona), sueldos bajos, la necesidad de que las futbolistas tengan otro ingreso porque con lo que ganan no les alcanza, horarios de juego que no pueden atraer más audiencia (muchos partidos del próximo torneo están programados para jugarse en lunes a las 12 del día), una jugadora Balón de Oro que no recibió el aplauso de su afición, hartazgo, mucho hartazgo…

¿De qué sirve que se consiguiera el título en varonil si no nos interesa campeonar en la rama femenil? ¿Ellas no son Atlas? Porque es la realidad, todas las acciones de la directiva indican que no quieren ganar títulos en femenil y si ellas han alcanzado las semifinales o conseguido victorias ante escuadras como Tigres o Rayadas ha sido gracias a puro corazón, a un coraje que parece que se te impregna en la sangre cuando te pones la camiseta rojinegra, pero muy poco de eso podría decirse que es gracias al impulso de la directiva.

En todo negocio se debe invertir, a veces no entiendo cómo la gente que toma las decisiones en al Liga no comprende esto. Atlas femenil necesita inversión, jugadoras de experiencia que cobijen a las que ya se encuentran en el plantel y, además, ahora que se fue Fernando Samayoa (quién hizo lo que pudo con lo que se le brindó), le urge que llegue una mujer de experiencia al banquillo, ¡cuántas hay de ese tipo en Jalisco y alrededores! Si por años, el futbol tapatío marcó la pauta en el futbol femenil amateur, cuántas finales de Olimpiadas Nacionales y Copa Telmex se jugaron entre jaliscienses y capitalinas o mexiquenses, ¡búscale, Atlas, pero búscale bien, no hagas como que sí y al final terminas cumpliendo un requisito!

Y si no de tierras tapatías, hay entrenadoras como Tere Campos y Meche Rodríguez que llevan tiempo alzando la mano en busca de una oportunidad, u otras más como Fátima Leyva, que aportaría muchísimo con su experiencia como jugadora. ¿Quieres a alguien que conozca no sólo a tus jugadoras sino a las rivales? Ellas son una opción, pero insisto no se hace nada por este desinterés de los directivos, por este sistema patriarcal que provoca que consciente o inconscientemente, lo femenil continúe como lo secundario, lo menos importante…

Y es que cuando se pide que se les trate como profesionales no nos estamos refiriendo a sueldos multimillonarios sino a acciones acordes cuando hablas de un equipo de Primera División: las rojinegras de Atlas merecían viajar en avión a la semifinal de vuelta ante Rayadas sin que eso significara una condicionante, pero no fue así, resulta que la directiva les había prometido un premio por alcanzar esas instancias, sin embargo, de ese mencionado bono tuvo que tomarse el dinero necesario para que viajaran en avión y no en el limitado autobús del equipo, es decir, a la directiva no le importaba si uno de sus equipos de Primera División tenía que viajar más de nueve horas por carretera y en una dinámica pasiva-agresiva de "híjole, es que fíjense que el dinero de sus premios iba a ser para los vuelos" terminó librándose de invertir más.

Pongámoslo en números: quizá pagar los vuelos de todo el plantel femenil (solo vuelos, no pensemos en más) hubiese implicado un gasto de alrededor de 70 mil pesos (ida y vuelta), esto haciendo una cuenta holgada. Eso es aproximadamente 15 boletos de la zona VIP en la final varonil (83 mil 025 pesos). Lo que quiero decir con esto es: "corta una flor de tu jardín más productivo para impulsar a uno que apenas quieres ver florecer" (porque sí lo quieres ver florecer, ¿no?).

Este torneo, Atlas Femenil llegó más lejos de lo que muchas y muchos esperábamos y me incluyo, pues aunque amo estos colores, soy consciente que el equipo no es apoyado como se debe, que las lesiones pesarían, que un plantel corto era difícil que alcanzara para un torneo exitoso y pese a ello, pese al poco o nulo interés de los Orlegi, se posicionaron como cuatro de las mejores escuadras y estuvieron a nada de dejar en el camino a las ahora campeonas. 

Este torneo, la afición no pudo entrar al Estadio Jalisco para apoyar a las rojinegras.
Foto: Atlas FC Femenil



Sí, la afición rojinegra ya festejó el título varonil, pero, directiva, no crean, ni por un momento, que ya cumplieron, pues tienen una enorme deuda con ellas, ellas también son Atlas, ellas también son un equipo de Primera División, ellas merecen trato de profesionales y no existe argumento alguno para que no reciban lo mínimo que eso significa. 

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