Más mujeres en el deporte genera sociedades menos violentas

La historia del deporte se remonta a actividades recreativas, a juegos para el ocio, que desde siempre tuvieron la finalidad de que quienes participaran en ellos lograran vivir emociones que en su vida cotidiana no podían, "expresión mimética" lo llaman Norbert Elías y Eric Dunning en su obra Deporte y ocio en el proceso de la civilización; excitaciones controladas, batallas épicas en una cancha, cuando ya no se consideraba "civilizado" vivirlas fuera de ella. 

El rugby fue por mucho tiempo un espacio exclusivamente masculino.
Foto: Adrianelly Hernández
Una actividad mimética es aquella que nos hace pensar en un mundo irreal o de fantasía, no sólo se refiere a los deportes, sino también al cine, el teatro, asistir a un concierto... en ellas, el ser humano puede experimentar un torbellino de sensaciones como felicidad desbordada, peligro, tristeza... las cuales permiten que se mantenga una sociedad civilizada, puesto que al vivirlas de forma mimética se evita que sucedan en la vida real y puedan provocar catástrofes, así lo explican Elías y Dunning. 

"El deporte es uno de los grandes inventos sociales que los seres humanos han hecho sin haberlo planeado. Les ofrece la liberadora emoción de una lucha en la que invierten habilidad y esfuerzo físico mientras queda reducida al mínimo la posibilidad de que alguien resulte seriamente dañado". También consideran al deporte una forma de salir de la rutina que impone la vida cotidiana, como el trabajo. 

Incluso, ellos consideran que la difusión del deporte hacia las masas, viene, de alguna manera, a sustituir a la religión, pues ocupa un papel de suma importancia en la vida de quienes siguen cualquier disciplina con fervor, sobre todo porque los identifica como parte de una comunidad, de un NOSOTROS contra ELLOS.

Con esta explicación también se enfatiza que los deportes fueron un territorio masculino, un espacio para que los hombres siguieran experimentando lo que se vivía en las guerras, pero en sociedades que ya se encontraban en un proceso civilizador, lo que fue dejando de lado a las mujeres, quienes desde siempre fueron consideradas para labores como el cuidado del hogar y la maternidad, es decir, para lo privado, por lo que su participación en lo público estaba prácticamente vetada. 

Los mismos autores señalan la importancia de que la equidad de género gane fuerza en los deportes, pues esto genera sociedades más igualitarias, menos violencia, entornos más saludables para niños y jóvenes; sin embargo, esto no ha sido tan sencillo, puesto que la inclusión femenina en un actividad que implica fuerza, rudeza, liderazgo (rasgos que el patriarcado relaciona con la masculinidad), viene a romper paradigmas y a cambiar "lo normal". Y es que el deporte es una herramienta en la que también se legitima lo que significa "ser hombre", por ejemplo, al exaltar la rudeza y la habilidad para pelear, lo que contradice los elementos que la sociedad ha relacionado con la feminidad en las mujeres. El deporte ha sido "uno de los principales cotos masculinos y, por ende, de importancia potencial para el funcionamiento de las estructuras patriarcales". 

Las mujeres han ido ganando terreno en diferentes deportes, como el tiro con arco.
Foto: Adrianelly Hernández
No por nada, los cánticos de los equipos de futbol implican frases que denigran al rival al llamarlos "señoritas", "mujeres", "maricones", "castrados", muestra fehaciente de cómo la masculinidad agresiva y el patriarcado están íntimamente relacionados con el deporte y es en este contexto de porras y barras, donde más expresiones de violencia y masculinidad machista se manifiestan; por ello, Elías y Dunning hacen hincapié en que cuando las mujeres tengan más peso en los deportes, estas situaciones se irán erradicando, influyendo también en el desarrollo de estas personas en su vida cotidiana. 

En conclusión, cuanto más participación tengan las mujeres en los deportes, actividades fundamentales en las sociedades civilizadas, mayor será el orden, la paz social y el aumento de espacios libres de violencia. Sin duda, el feminismo y la derrocación del patriarcado es un beneficio para todos. 

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