Más que un partido, más que una copa.

Me estaba tomando la tercera Corona en La Jarochita cuando el Niño Torres anotó. Ni siquiera el camarógrafo de la Champions lo esperaba, tomaba el medio campo del Camp Nou esperando que el Barcelona asestara el golpe, había tiempo, pero Fernando Torres lo impidió. Se quitó, y se vio sencillo, a Víctor Valdés y solitario disparó a portería. La cantina de Papantla, Veracruz estaba muda, me levanté del asiento gritando, ¡gooool!, ¡goool, putos! Nadie dijo nada y tampoco me burlé más, sólo lo disfruté. La final, emocionante y cardiaca también la goce y grité con Drogba ese último penal. La gloria. 


Un año después, también estaba bebiendo cerveza, pero en Santiago de Chile. No era el Barcelona ni el Chelsea, tampoco el Manchester United o el Real Madrid; otra vez el Bayern Múnich, pero ahora contra el Borussia Dortmund. Ambos equipos llegaban con el ánimo por los cielos después de acabar con los Merengues y los Culés. El Bar Universitario estaba vacío, no llamaba mucho la atención un juego entre los dos mejores equipos alemanes del momento; y aunque no atraía demasiados reflectores, el partido se retransmitió en 200 países y fue visto por aproximadamente 260 millones de personas. En aquel día, el héroe fue Robben; quien de paso se sacudió la malaria que lo seguía desde la final de la Copa del Mundo contra España, cuando Iker Casillas evitó en par de ocasiones que el holandés anotara; casi hasta las lágrimas, Robben celebró el enorme triunfo contra el Borussia Dortmund, la orejona era del Bayern. Futbol de alto nivel. 

Chelsea y Bayern están ahora envueltos en algo más que la importante historia que han construido en los últimos años. José Mourinho, al mando de los blues, y Pep Guardiola, en el banquillo de los alemanes, aderezan de manera suculenta el duelo por la Supercopa de Europa que se juega esta tarde a las 13:45 horas, tiempo de México, en Praga. 

Hoy también beberé cerveza, hoy seguro habrá emociones y jugadas que seguirán recordándose tiempo después, hoy es uno de esos días de los que se espera mucho y de los que es difícil defraudarse. Hoy juega el Chelsea contra el Bayern Múnich, el primero intenta recuperar el cetro que alcanzó por última vez en 1998 cuando venció al Real Madrid por la mínima diferencia, el segundo quiere escribir su nombre en la historia de los campeones de la Supercopa de Europa, pues ningún equipo alemán ha podido serlo. Hoy es el día. Hoy es el día para cualquiera. 


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